miércoles, 19 de octubre de 2011

Mirar bajo la cama

¿Has visto la película “La víctima perfecta”?... Pues, lo mismo.

Éste podría ser un comentario básico sobre la última película que he visto: “Mientras duermes”
Pero entonces recordé la frase que me dijo un conocido: “... está todo inventado, la diferencia radica en el modo de hacerlo”

Y es cierto. Porque la película de Balagueró supera con creces la norteamericana. Un mismo tema y dos formas de hacer una película.

Puedo comenzar por la estructura que utiliza el director para contar el día a día... una cronología perfecta, un diario, una obsesión... tan sencillo como los días de la semana. La interpretación de Luis Tosar aportando esa inquietante tranquilidad del que parece que no rompe un plato, lleva una vida anodina y sin embargo, esconde más que un iceberg. Iris Almeida, la niña, en un papel fundamental para la historia con unas características de lo más realista, es de destacar.

Pero sobre todo me ha gustado el miedo que refleja en dos fases. La primera, cuando estás en la sala viendo la película, no es el miedo a la muerte, nos es el temor a que nos suceda algo malo, sino otro tipo de pánico: el que procede del asco, de la repugnancia, de la antipatía, de la repulsión. Ese que provoca que hagas un gesto de arcada.

El segundo, cuando llegas a casa, es el infantil, el de la oscuridad, el de las sensaciones, el de mirar debajo de la cama. Es el que no ves y no puedes tocar. Es el de sentir en la soledad, que hay alguien ahí.

Inquietante.

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