martes, 25 de octubre de 2011

Absolutamente contagiada

Con semejante reparto... qué se podía esperar! Y no es una ciencia exacta, ¿eh? Que yo, y seguro que muchos, hemos visto bodrios plagados de estrellas...

Pero no es el caso.

Es cierto que tengo especial debilidad por las cintas catastrofistas, apocalípticas y si en ellas se incluye algún tema sanitario... ¡son mi perdición!

Partiendo del hecho que existen muchas películas que han abordado este tema de diferente forma, con mayor o menor rigor, con mayor o menor fortuna, el tema, el asunto principal, no nos va a sorprender. Pero nos va a enganchar la forma en la que está tratado e insisto, en un reparto con más o menos minutos, pero que llenan ese espacio escénico a la perfección.

Desde el primer minuto el espectador notará que le falta algo y que a lo largo de la película parecerá que va a ser desvelado, esa miel en los labios y... tampoco. Con esa dosis de expectación, el cuerpo en guardia, transcurre una presentación de situaciones que sentimos cercanas, con personajes de diversa índole y... el que más o el que menos, se sentirá identificado con alguno de ellos.

El ejército, las redes sociales, la investigación, las multinacionales, la sanidad, se conjugan con sus mensajes a la perfección con otros, más privados, más íntimos, como la ternura, la impotencia, el odio, la protección, la responsabilidad...

Lo que tiene que ser lento, pausado, lo es. Cuando sólo hace falta saber de manera general lo que ha ocurrido, el director lo presenta de otra manera, diferente.

De esa forma, y con un orden cronológico simple la historia se presenta tal, que no te quieres permitir el lujo de parpadear.

En definitiva, un tema ya visto, ya conocido pero que crea una película fascinante y con mensaje incluido. Que cada uno encuentre el suyo.

Yo recordé a una conocida que con mucha, mucha razón me decía que los dos grandes males de este mundo son la envidia y la ignorancia.



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