Kanelbullar (Bollos de canela)

Mi navidad huele sin lugar a dudas a la repostería sueca. A las ya archiconocidas galletas de jengibre se unen estos bollos de canela, ideales en cualquier estación del año, en cualquier ocasión, a cualquier hora.

Me he decidido a elaborarlos y el resultado lo presento en este vídeo.

Sólo puedo decirles que el resultado fue estupendo, es decir, me comí la bandeja completa yo sola.

A todo aquel que se anime a intentarlo, espero que mis indicaciones le sirvan y tengan resultado.

Sólo un par de aclaraciones: esta receta tiene cardamomo, una especie que nunca había utilizado y me costó algo de trabajo encontrarlo (en un herbolario) La segunda nota es que las cantidades corresponden a una bandeja y la colocación y tiempo en el horno, es sólo una aproximación (ya saben que cada "hornillo" tiene su librillo)

Ahora sólo falta que los disfruten! 

Mesa para dos: Dräkkar

Todo el que la ha probado... ha salido absolutamente conquistado. Me refiero a la ensalada de canónigos con queso y pipas que sirven en el restaurante Dräkkar de La Laguna. Su situación, a priori, es ideal, ya que se encuentra muy cerca de la calle Herradores: ésta y sus alrededores, se han convertido en un variado catálogo de lugares para una velada perfecta (mañana, tarde y noche)

Una de las cosas que más me gustó del lugar, ya que odio las aglomeraciones, fue la distancia entre las mesas: la adecuada para que te puedas evadir con tus acompañantes, perfecta.

Como entrante tomamos un queso ahumado a la plancha servido con mermelada de arándanos y mojo verde, sin mezclar (aunque yo lo hice y estaba delicioso)

Optamos por pedir tres platos para picar. Y empezaré por el último.

El solomillo al ajillo, troceado, en su punto con los ajos y con gambas, lo que nos pareció un toque curioso, acompañado por unas papas fritas cuadradas. En esta ocasión lo sirvieron con un par de rollitos de crêpes con espinacas.

El revuelto de espinacas y champiñones, tal vez fue lo que menos nos sorprendió. Se trata de un plato recurrente en sus diferentes variaciones pero que en esta ocasión no aportaba ninguna innovación. En cualquier caso, nos gustó.

El primer plato y el que nos dejó conquistados fue la ensalada de canónigos con queso y pipas. Soy una adicta a las ensaladas y me encanta innovar, inventar, experimentar para obtener sabores diferentes con las mismas materias primas. En esta ocasión, no sólo me sorprendió la aportación del queso (más que fundido, yo diría frito) sino también el aporte que le da la cebolla caramelizada. Sin duda la introducción de esos dos ingredientes en esa forma le dan un giro asombroso. Canónigos, gambas, queso, cebolla y pipas. Lista y deliciosa.

De postre tomamos Tiramisú. Gustó pero no sorprendió.

Finalizo realizando otra apreciación al margen de lo culinario, y es que los platos llegaron de manera rápida, no tuvimos que esperar excesivamente por ninguno de ellos.

Un lugar para repetir, porque la carta promete tener alguna joya más escondida, el ambiente es agradable y la atención buena. Además, ofrece menús a mediodía. ¿A que apetece, eh? 

           

Mesa para dos: El Archete

Hace poco fui a este restaurante, está en Candelaria y es de esos sitios “de toda la vida”, comenzó en una cueva y ahora han abierto local en el entorno de la Plaza de Santa Ana.

Lo bueno es llegar un poco antes y dar una vuelta por la zona, son calles pequeñitas detrás de la basílica del municipio, el entorno es propicio para sacarse unas fotos.  Cuando fui era un sábado al mediodía y no tuvimos problemas con el aparcamiento.

El salón principal está justo en la entrada y la estancia está decorada con cuadros y algunas fotos antiguas. La atención fue excelente y los platos llegaban rápidamente a la mesa. Por cortesía de la casa nos pusieron unos chupitos de gazpacho de sandía y tomate, le faltaba frío y no me gustó mucho, puede que por resultar algo extraña la mezcla de sabores, también sirvieron un pan bizcochado con ensaladilla y un mejillón encima, este entrante si que estaba realmente bueno. Después, empezaron a llegar los platos y  lo mejor, sin duda, fueron las croquetas, no esperaba mucho de ellas y creo que por eso me sorprendieron tanto, eran de pescado y estaban acompañadas de un alioli que no les hacía falta. A continuación, dos revueltos, uno de morcilla canaria con piña y otro de puerros con papas, el primero era muy innovador, pero parecía un postre, me resultó demasiado dulce, creo que con morcilla de Burgos quedaría mucho mejor, será cuestión de probarlo, el segundo sabía a revuelto de toda la vida. Luego pedimos ensalada de queso y frutas, riquísima; la pera, el mango, la papaya, la granada y la uva estaban en su punto; por ponerle alguna pega, le hubiese puesto un poquito más de queso, a las uvas les hubiera quitado las pepitas y creo que la granada le sobraba, se hacía un poco molesto masticar las semillas. A continuación, llegó el solomillo de res con salsa de queso ahumado, papas fritas y lombarda con manzana, muy curiosa la combinación pero podría haber llegado más caliente, llegó templado pero no parecía recién hecho. Por último pedimos varios postres, me decidí por una tarta de galletas con chocolate porque me quedé con un poco de hambre, la lista de postres no me pareció muy sugerente; tenían mousse de chocolate, natillas, hojaldres y helados variados. La mousse y el hojaldre estaban muy buenos, pero en la carta, de la manera en la que estaban escritos parecían un poco sosos. La porción de tarta de chocolate es pequeñita, pero de sabor inmejorable. Todo salió por 100 euros justos, así que 20 euros por cabeza con una botella de vino, cervezas y refrescos varios.  Así inicio esta sección, que espero tenga una periodicidad semanal y donde contaré mi experiencia en algunos lugares, para comer, de la isla. Visitaré sitios de comida canaria, exótica, baratos, un poquito más caros… espero que les guste y que lo disfruten tanto como yo ¿ya he dicho qué me encanta la comida? [EgM]